En los últimos años, dentro del marco histórico de la posmodernidad, es posible observar en la cultura occidental, la manifestación de un individualismo autodestructivo y alienante que propicia una personalidad fragmentada incapaz de relacionarse efectivamente a nivel interpersonal. Esto ha sido señalado ya por distintas personalidades especializadas en el campo de las ciencias sociales y las humanidades, como es el caso de Erich Fromm, Abraham Maslow e Stanislav Grof en el ámbito de la psicología. En el área de las disciplinas sociales son Jean Baudrillard, Anthony Giddens y Noam Chomsky (entre muchos otros) quienes han realizado dicho diagnostico.
Éste fenómeno es visible localmente, en el distanciamiento, desconocimiento, e incluso confrontación entre diversos colectivos e individuos, que en ocasiones tienen la misma finalidad o por lo menos algunas coincidencias ontológicas en ciertos puntos. Es por ello que buscamos hacer posibles modos de comunicación interpersonal más profundos y efectivos, aplicables a cualquier tipo de circunstancias, no sólo dentro del marco del festival, ya que como sabemos la identidad se construye a partir de la constante interacción dialógica y dinámica con la otredad.
El festival llevará a entender que todo tiene un ciclo que constantemente está cambiando y como tal uno forma parte de él, el utilizar las capacidades con limitaciones circunstanciales y temporales te lleva al bloqueo de tu verdad, un bloqueo a diferentes maneras de experimentar el conocer y expandir tu ser mas allá de una opinión, ideología, religión, política, genero o cualquier otra categoría social que fracture a la unión del uno con el otro, lo cual repercute en la vida de ambas partes de una manera directa e indirecta, ¿porqué no vemos una relación de unión en vez de una relación mecánica de rutina, que solo te crea una personalidad dual? Recordemos que las capacidades del otro nos ayudan a crecer mutuamente de una manera armónica.
Esta experiencia generará en el individuo, la reactivación de su capacidad creativa, dotándole además, de una perspectiva más amplia de lo que implica formar parte de una colectividad. Creemos que en este caso, es el arte (en su sentido más amplio) la herramienta más eficaz (aunque no la única) para revertir este proceso.
Debido a esto, es necesario crear un espacio donde diversos colectivos e individuos puedan interactuar, tanto con representantes de otras disciplinas como con los asistentes, manifestando y promoviendo su producción creativa. Permitiéndole en algunos casos, obtener medios de subsistencia a partir de ella, lo cual es por demás difícil en la escena artística local. Todo esto su vez, será determinante en el proceso de desarticulación de condicionamientos que impiden que la interacción interpersonal sea la adecuada para solucionar retos comunes.
Más que los talleres como tales, se busca que la persona se inspire a poder explorar sus habilidades a través de los sentidos para experimentar la creatividad en una forma más amplia, esto para la expansión de diversas perspectivas y funciones del ser humano hacia sí mismo y los demás; aquellos involucrados en los talleres serán canalizados a sincronizar sus actos con sus pensamientos y emociones para encontrarse con armonía en cualquier tipo de reto en la vida en vez de sentirlo como un problema que no tiene solución.
Al tener una relación y una perspectiva amplia de lo que llamamos “sensación”, podemos comprender el por qué el ser humano, crea una imagen o idea de “problema” puesto que el individuo divide las sensaciones en placenteras y displacenteras, asignándoles un juicio de valor positivo o peyorativo en cuanto a su aportación a la experiencia personal. Este tipo de alineamientos lleva al bloqueo de una percepción absoluta del presente, porque al sentir displacer se produce un rechazo y al sentir placer se produce una aprobación, efectivamente polarizando y limitando la experiencia humana.
Lo que se busca en este festival es poder trabajar con ambos tipos de sensaciones sin separarlas, como dualidad, como lo dice el concepto de lo sublime de Lyotard (filósofo francés) del placer y la pena como algo unidos: “no hay placer sin pena ni pena sin placer”. no es que se repelan el uno al otro tratando de un imponer su polaridad sino al contrario se dejan atraer y cumplen su función armoniosamente y exitosamente. el equilibrio te lleva a poder realmente experimentar cosas más allá de lo que tus condicionamientos te han llevado a creer, permitiéndote expandir tus horizontes personales de accion y pensamiento.
Por consiguiente la persona logrará, en la medida que le sea posible, reducir los efectos negativos que el actual modo cultural propicia, algo que el servicio (de quienes imparten los talleres) y el aprendizaje (de quienes reciben la información) ayudarán a disolver en el individuo.
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Porque la cultura somos todos, éste festival es para todos. Pero en especial para aquellos que deseen expresar y aprender nuevos conceptos creativos. En el marco del festival habrá actividades específicas y comunes, diseñadas para todo tipo de edades, géneros y sectores sociales. Lo que, como consecuencia, catalizará un proceso de redescubrimiento del ser humano, tanto individual como en colectivo.
